Thursday, July 30, 2015

Mi encuentro con el Aikido

Todo inicio llevando a practicar a mis dos hijos Aikido en el dojo del Club de Tenis ubicado en, Apodaca,  durante varias semanas observaba lo que hacían sentada desde los escalones de la entrada, no niego que me llamo mucho la atención, pero “mi edad y mi status de señora” no me permitían decirlo abiertamente, sin darme cuenta que mi mayor obstáculo era mi propio pensamiento y nada mas. Me emocionaba verlos rodar, tal vez no fui tan discreta en mis expresiones faciales, pues la invitación llego casi a mes y medio después de estar llevando a mis hijos a practicar, sentía mucha emoción, entre dudas, preguntas, pensamientos reflexivos, ¿A dónde voy con esto si acepto esta invitación?, ¿En que me beneficia? ¿Qué pensarían los demás que una señora de casi 38 años este haciendo todo esto?... y así puedo describir un montón de preguntas, algunas bastante absurdas, pero dije si, y me anime a entrar,  a su vez, buscar conocer la historia de todo esto, me encontré primeramente con los beneficios de salud que se obtienen practicando esta disciplina que es una gran ayuda para las mujeres de mi edad, con este arte marcial se puede obtener  mayor flexibilidad y saben… no importa la edad o el tiempo que se dejo de realizar ejercicio, el cuerpo tiene memoria, y la flexibilidad regresa, ¡soy testigo!  Además de calcificar tus huesos, aprender a utilizar los 2 hemisferios lo cual fortalece la memoria, te sientes viva, el poder de concentración va en aumento.

Este arte marcial en la antigüedad era solo para cierto élite
del Japón, de hecho solo era para hombres, al paso del tiempo se le dio apertura a las mujeres pero solo era para las esposas de los hombres con poder, hoy día lo practicamos muchas mujeres, niños, jóvenes y por supuesto hombres.
El inicio fue muy difícil, no tanto por lo que te piden hacer, si no por lo que siempre me exijo a mi misma, el rodar fue mi mayor reto, yo veía a todos y lo hacían tan perfecto, que me avergonzaba intentarlo siquiera, sin embargo el Sensei nunca se cansó de animarme, aún en mi desesperación, y probablemente en la de él.
 

Fui rompiendo con tantos paradigmas y miedos (que aun faltan), descubrí que mi lado mas fortalecido es el izquierdo, y que si te lo propones el derecho se fortalece también.  Aplaque mi ansiedad de búsqueda para conocer mas y aprendí a vivirlo, hay veces que no entiendo alguna técnica, pero la misma lógica del movimiento te marca que hay error o que estas en lo correcto. Es conocerte por completo, desde lo que puedes hacer, hasta tus límites, y así empezar a romper con esas limitaciones. Después de un año logre la rodada que le daba cabida en mi cabeza, lo deseaba tanto y sin errores, y entonces aprendí que la perfección es buena pero no se logra desde un inicio sino a través de la práctica, que no siempre estarás con tu compañero (a) de práctica, que no todos  tenemos la misma perspectiva al momento de aprender, sin embargo hay que esforzarse por compartir tus conocimientos y habilidades con los que estás, “siempre hay algo que puedes dar”.

Esto es solo el primer paso para continuar un camino maravilloso, dónde no solo se forja un cuerpo, también un carácter, una personalidad, que tiene que dar lo mejor de si.



Cuando de niño te dicen “tu no,  porque no puedes”, queda grabado en tu mente y aunque aparenta no estar, vive ahí, porque nunca cruzaste la línea del límite impuesto.  Pero llega un momento en que te encuentras con tu limitación cara a cara, donde ya no puedes culpar ni a tu pasado, ni a nadie, y es el momento de enfrentarlo para realización propia y demostrarte todo lo que puedes lograr tomando la decisión.


Deyanira Martínez

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